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Palabras de Dayana

Hace unos años tomé la decisión de pasar al menos un año leyendo solo libros escritos por mujeres. De este modo, buscando referencias de autoras, llegó a mis manos este maravilloso texto de Cristina de Pizán; La Ciudad de las Damas.

 Mi perplejidad fue inmensa al descubrir que el texto fue publicado en 1405.  No entendía, no daba crédito a la fecha de edición, sobre todo, por los temas que en él se trataban: la misoginia imperante en la época, las continuas calumnias a las que estaban expuestas las mujeres, su desvalorización continua, la violencia a la que eran sometidas, la necesidad de educación para las mujeres, etc… A medida que avanzaba en  la lectura del texto me enfadé porque me  fui percatando, de manera paulatina, de un aspecto que la autora señala en su obra: los logros conseguidos y los aportes que han realizado las mujeres a lo largo de la Historia han sido invisibilizados de manera sistemática. Este hecho ha imposibilitado la reconstrucción de la genealogía de las mujeres dentro de la Historia, del Arte, de la Política, etc… Afortunadamente, en la actualidad, la historiografía feminista está realizando una labor inconmensurable por la reconstrucción de un árbol genealógico que ha sido cercenado. Las mujeres sobre las que nos habla Cristina de Pizán en su texto, sus  obras y los hechos históricos que protagonizaron en la actualidad son prácticamente desconocidos. Así pude corroborarlo cuando hablé con otras personas sobre el contenido del texto.  

 De este modo comencé este viaje, cuyo primer paso fue encontrar un equipo de mujeres para poner esta obra y su inestimable contenido en valor, para  crear un espectáculo teatral cuyo motor sea el texto de Cristina y confrontarlo con la época actual desde mi perspectiva como mujer migrante en España. El objetivo era participar de manera activa en la reconstrucción de nuestra genealogía que ha sido invisibilizada a lo largo de los siglos. 

En la investigación hicimos hincapié en un aspecto que nos parece fundamental y que entendemos como un catalizador que sin duda fortalece la lucha feminista: “la falta de derechos de las mujeres no es un hecho reciente”. Nos parece necesario echar la vista bien atrás, como Cristina, no solo para certificar la eterna misoginia imperante (hoy machismo, patriarcado…) sino sobre todo para evidenciar que la pelea de las mujeres y nuestros cuestionamientos han estado siempre ahí.